Por Xosé Ameixeiras
Fisterra es un mito y el Camiño, una vía espiritual con repercusión en todo el mundo. El Cristo es uno de los grandes emblemas religiosos de Galicia, como es la Barca de Muxía, que, junto con San Andrés de Teixido, es destino de peregrinaciones populosas. Grandes poetas, como Rosalía o el mismísimo García Lorca dedicaron composiciones suyas a la Virxe navegante. Todos estos hechos y creencias se sostienen gracias al peso de la tradición y la historia.
Sin embargo, los tiempos avanzan y las vivencias religiosas buscan nuevos espacios y escenarios. Así es que la inmensa actividad que despliega la parroquia de San Xoán está convirtiendo a Carballo en la capital espiritual de la Costa da Morte. La energía de esta comunidad es inagotable. Al margen de los ritos y oficios que forman parte del extenso programa actual, el equipo dirigido por José García Gondar ha promovido y mantiene un comedor social, el comedor sobre ruedas, un hogar de acogida para inmigrantes, el centro de día, el servicio de ropero y alimentos, asesorías varias, numerosos cursos y ya trabaja en un centro para transeúntes. O sea, un completo catálogo de servicios sociales no siempre reconocido y de gran valor humano, al margen de las creencias de cada cual.
Y ahora viene García Gondar con el año jubilar de A Milagrosa. Ha sido quien de remover Roma con Santiago, y nunca mejor dicho, para armar de la nada un acontecimiento religioso de primera fila. No es extraño en un cura que es capaz de engatusar a un alcalde del BNG para que encabece sus procesiones y haga plegarias poéticas al patrón de Carballo, cuyo Concello se involucra en este acontecimiento espiritual con mejoras en el entorno de las celebraciones, que durarán todo el año. En Carballo, no solo pesa su poder comercial e industrial y sus servicios culturales comarcales, también la Iglesia se abre un hueco a la medida de los tiempos.
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